Seguridad en Elevadores de Cangilones: Identifica, Previene y Protege

Según estudios técnicos, cerca del 50% de las explosiones en instalaciones de manejo de sólidos se originan en elevadores de cangilones. Este artículo te ayudarás a:

  1. Identificar los riesgos específicos asociados a estos equipos.
  2. Prevenir la formación de atmósferas peligrosas y minimizar las posibilidades de ignición.
  3. Proteger tus instalaciones mediante soluciones certificadas, cumpliendo con la normativa ATEX y los estándares técnicos internacionales.

Los elevadores de cangilones son equipos esenciales en el transporte vertical de sólidos a granel en sectores como alimentación animal, agroalimentario, químico o azucarero, entre otros. Su funcionamiento se basa en una serie de cangilones fijados a una cinta o cadena que ascienden a través de una estructura cerrada, impulsados por tambores de arrastre. Esta tecnología permite un flujo continuo y eficiente de productos entre distintos niveles.

Sin embargo, su diseño cerrado, la acumulación de polvo fino y los múltiples elementos mecánicos en movimiento favorecen la formación de atmósferas explosivas y la aparición de fuentes de ignición, convirtiendo al elevador en un punto crítico desde el punto de vista de la seguridad industrial.

¿Por qué los elevadores de cangilones son un foco crítico de riesgo de explosión?

La coincidencia de tres factores clave convierte a estos equipos en uno de los puntos más vulnerables frente a explosiones por polvo:

  • Presencia de polvo combustible: Materiales finos y secos transportados por el elevador, como piensos, almidones o productos químicos, tienen un elevado potencial explosivo. Basta una acumulación mínima de polvo para crear una mezcla peligrosa con el aire
  • Formación de atmósferas explosivas: La acumulación de polvo o la presencia de polvo en suspensión combinada con turbulencias internas y falta de sistemas de aspiración eficaces, puede dar lugar a atmósferas explosivas en el interior del equipo.
  • Fuentes de ignición internas: El funcionamiento mecánico del equipo puede generar calor, fricción y chispas. Si no se eliminan o controlan estas fuentes, el riesgo de ignición aumenta considerablemente. Un mal mantenimiento intensifica estos riesgos.
Pentágono del fuego

Entre los puntos críticos más frecuentes en los que pueden aparecer fuentes de ignición se incluyen:

  • Rozamiento o desalineación de banda, generando calor y partículas. incandescentes.
  • Sobrecalentamiento de rodamientos, por desgaste o falta de mantenimientos.
  • Atascos, cuerpos extraños o deslizamiento de la banda sobre poleas.
  • Rotura de cinta con cangilones metálicos, capaces de generar chispas.
  • Descargas electrostáticas, entre componentes no adecuadamente conectados a tierra.

La combinación de estas fuentes de ignición con una atmósfera explosiva puede desencadenar una explosión en el interior del elevador, con riesgo de propagación a otros equipos conectados.


Cuando no se puede garantizar la ausencia de estos factores, ausencia de atmósferas explosivas ni de fuentes de ignición, deben aplicarse medidas preventivas con el objetivo de controlar las condiciones operativas críticas, reducir la generación de energía de ignición y limitar la exposición del sistema a materiales peligrosos. Si, aun así, no es posible garantizar un ambiente seguro, es crucial la implementación de medidas de protección como venteo de explosión, supresión, y aislamiento para reducir el efecto y evitar la propagación de explosiones a otros equipos.

Medidas de Prevención y Protección Contra Explosiones

Una vez identificadas las causas que convierten al elevador de cangilones en un foco crítico de riesgo, es imprescindible actuar sobre los elementos que conforman ese riesgo: el polvo combustible, la atmósfera explosiva y las fuentes de ignición. Cuando no es posible garantizar la ausencia simultánea de estos tres factores, las instalaciones deben incorporar medidas que permitan anticiparse, controlar y mitigar cualquier posible escenario de explosión.

Medidas de Prevención

La prevención es la primera línea de defensa frente al riesgo de explosión por polvo en elevadores de cangilones. Actuar sobre los factores que favorecen la formación de atmósferas explosivas y/o sobre las posibles fuentes de ignición permitiendo reducir significativamente la probabilidad de una deflagración durante el funcionamiento del equipo.

Las medidas más habituales para la prevención de la atmósfera explosiva:

  • Sistemas de captación de polvo en el pie y la cabeza del equipo.
  • Limpieza periódica del equipo.

Entre las medidas para actuar sobre las posibles fuentes de ignición:

  • Correcta puesta a tierra y equipotencialidad, empleo de banda de material antiestático cuando la Energía Mínima de Inflamación del producto sea baja (EMI < 10 mJ).
  • Instalación de imanes o rejillas para prevenir la entrada de cuerpos extraños.
  • Monitoreo de fuentes de ignición: temperatura en rodamientos, desalineación de banda, velocidad, atascos.

Además, un programa riguroso de mantenimiento preventivo combinado con una estrategia de limpieza industrial continua es fundamental para mantener el riesgo bajo control. Estas prácticas evitan el deterioro de componentes clave y aseguran el correcto funcionamiento de todos los sistemas de prevención.

Medidas de Protección

Cuando el riesgo no puede eliminarse por completo, se aplican medidas de protección. Estas soluciones están diseñadas para limitar los efectos destructivos de una explosión, evitando su propagación y reduciendo daños materiales y personales.


Entre las medidas de protección más habituales en elevadores de cangilones, se incluyen:

  • Venteo de explosión: Instalación de paneles o puertas de explosión que liberan presión y llamas hacia zonas seguras.
  • Venteo sin llama: Confina las llamas en una envolvente de malla, permitiendo el escape de gases de combustión sin emitir llama.
  • Supresión de explosión: Uso de agentes extintores que suprimen la explosión en su fase inicial, evitando el aumento de presión.
  • Aislamiento de explosión: válvulas antirretornos, válvulas rotativas, tornillos sinfín o barreras químicas que evitan la propagación a los equipos adyacentes.

La elección de medidas de protección debe basarse en un análisis técnico riguroso, adaptado a las condiciones operativas específicas de cada elevador. Las normativas aplicables recomiendan el uso combinado de sistemas de protección y aislamiento, seleccionados en función del tipo de producto, el diseño del equipo y su ubicación dentro de la planta.


Una de las soluciones más extendidas es el sistema de venteo de explosión, mediante paneles o puertas instalados en zonas estratégicas (habitualmente la cabeza y el pie del elevador). Estos dispositivos permiten liberar, de forma controlada, la presión y la llama generadas durante una deflagración, evitando daños estructurales. No obstante, cuando el elevador está ubicado en interiores, el uso de venteo convencional puede representar un nuevo riesgo, ya que la descarga de la explosión hacia un espacio confinado puede generar consecuencias severas.

En estos casos, es preferible utilizar sistemas de venteos sin llama, que integran una malla metálica para enfriar y contener la llama, permitiendo su instalación segura en interiores sin propagar fuego al entorno.


Cuando se requiere una protección superior, o el diseño del sistema no permite el venteo, la opción más eficaz es la supresión de explosiones. Estos sistemas detectan la deflagración en milisegundos y activan botellas presurizadas con agente extintor (como bicarbonato sódico), sofocando la explosión antes de que se desarrolle por completo.

La supresión, además, puede desempeñar un papel crítico como aislamiento cuando se instala en los conductos de entrada o salida del elevador. De este modo, actúa como barrera química que impide la propagación de la llama hacia otros equipos interconectados, como silos o ciclones. Este punto es especialmente sensible en las patas del elevador, donde una onda de presión podría amplificarse y generar daños severos.

Combinaciones más habituales según la tipología del proceso:

  • Venteo + aislamiento mecánico o químico, en equipos ubicados en exteriores.
  • Supresión + aislamiento químico, cuando el elevador se encuentra en interiores o manipula productos con bajo valor de EMI.
  • Venteo sin llama + barreras químicas, en procesos críticos donde no se admite la emisión de llama ni partículas incandescentes.

Normativas y Certificaciones Aplicadas

  • Directiva ATEX 2014/34/UE
  • UNE-CEN/TR 16829:2016
  • NFPA 61, 68 y 69
  • UNE-EN ISO 80079-36:2017

Caso Real: Instalación de Equipos de Protección en Elevadores de Cangilones

En el marco del proyecto de adecuación de seguridad en la instalación de industria alimentaria dedicada a la fabricación de azúcar, se llevó a cabo la protección integral de dos elevadores de cangilones interiores encargados del transporte vertical de azúcar crudo. Ambos elevadores, de doble caña, presentaban riesgo significativo por acumulación de polvo y ausencia de sistemas activos de protección contra explosiones.

Diagnóstico Inicial

Tras una evaluación de riesgos (ATEX), se identificó la necesidad de implementar sistemas avanzados de protección contra explosiones con el objetivo de reducir riesgos mecánicos y de explosión debido a la naturaleza combustible del polvo de azúcar y a la presencia de condiciones favorables para una posible ignición (fuentes de calor por fricción, acumulación de polvo, movimiento mecánico continuo).


Durante la evaluación técnica se identificaron los siguientes riesgos:

  • Clasificación de Zona 20 interior, con procedimientos de limpieza implantados, aspiración localizada y correcta puesta a tierra.
  • Elevado riesgo de explosión por acumulación de polvo en el interior del elevador.
  • Falta de monitoreo de temperatura en rodamientos y zonas críticas.
  • Partes móviles expuestas sin protecciones adecuadas.
  • Ausencia de sistemas de supresión y aislamiento de explosiones.

Según la Directiva 1999/92/CE, cuando las medidas preventivas no son suficientes para eliminar el riesgo, es obligatorio incorporar sistemas de protección específicos.

Soluciones implantadas

Se optó por una estrategia combinada de supresión y aislamiento químico, diseñada para actuar en milisegundos ante la aparición de una explosión incipiente y evitar su propagación dentro del sistema.

  • Protecciones mecánicas adicionales:
    • Cubiertas metálicas abatibles y cierres perimetrales con enclavamiento de seguridad.
    • Inhibición automática del funcionamiento si las protecciones están abiertas.
  • Monitoreo y control continuo:
    • Sondas de temperatura en rodamientos (con alarma a 75 °C).
    • Sensores de desalineación y velocidad de banda.
    • Integración completa en el sistema SCADA de planta.
  • Sistema de supresión de explosiones:
    • Botellas de supresión e aislamiento de 6 kg distribuidas en cabeza y pie del elevador.
    • Detectores de presión y ópticos certificados para uso en Zona 20.
    • Controlador de línea centralizado.
  • Sistema de aislamiento complementario:
    • Botellas de supresión e aislamiento de 6 kg distribuidas en cañas del elevador.
    • Barreras químicas en conductos de aspiración, descarga y carga.
Solución aplicada

Resultados

Tras la implementación del sistema, se obtuvieron mejoras tangibles en seguridad y operación:

  • Eliminación de riesgos de atrapamiento y exposición a elementos móviles.
  • Reducción >80% de acumulación de polvo en zonas críticas del elevador.
  • Alta trazabilidad de fallos gracias al monitoreo en tiempo real.
  • Alta velocidad de reacción ante eventos críticos (detección + supresión < 20 ms).
  • Eliminación del riesgo de propagación hacia silos y áreas logísticas.
  • Cumplimiento verificado de normativa ATEX.
  • Inicio de plan de mantenimiento predictivo basado en datos operativos reales

La elaboración de alimentos y bebidas en la industria alimentaria conlleva procesos en los que se utilizan, manejan o producen sustancias inflamables en forma de polvo (p. ej. harina, azúcar, grano, etc.) y en forma de gas y/o vapor (p. ej. etanol). Además, el suministro de la energía necesaria para llevar a cabo dichos procesos de transformación de materia prima se puede producir mediante la utilización de otro tipo de sustancias inflamables en forma de gas y/o vapor (p. ej. gas natural, hidrógeno, etc.).

Industria_Alimentaria_Polvo_Combustible

El riesgo de explosión, por tanto, está presente de forma permanente y con él aparece la necesidad de evitar la posibilidad de que se produzca una explosión y/o mitigar sus consecuencias. Para lograr este objetivo los principales estándares internacionales existentes establecen la realización de una ‘Evaluación de los riesgos de explosión’ como una de las principales medidas. Esta evaluación se lleva a cabo mediante el conocido como ‘Documento de Protección Contra Explosiones’ o DPCE a través de las Directivas ATEX europeas o del ‘Dust Hazard Analysis’ o DHA a través de los estándares NFPA (National Fire Protection Association).

¿Qué dice realmente la normativa sobre explosiones en la industria alimentaria?

Una evaluación de riesgos de explosión adecuada debe determinar cuáles deben ser las medidas de prevención y/o protección contra explosiones necesarias para minimizar la posibilidad de un accidente con el objetivo de lograr una instalación segura. Para ello se debe contemplar la utilización de estándares internacionales de reconocido prestigio:

  • Estándares europeos (normas EN), derivados de normas internacionales IEC y que alcanzan los relacionados con la clasificación de las zonas ATEX (EN 60079-10-1 y 2), evaluación de fuentes de ignición (EN 1127-1), sistemas de protección mediante venteo de explosión (EN 14491) e informes técnicos (CEN/TR 16829 sobre prevención y protección en elevadores de cangilones).
  • Estándares VDI (normas alemanas), como por ejemplo los relacionados con la prevención y protección contra explosiones en filtros de mangas y elevadores de cangilones (VDI 2263).
  • Estándares NFPA (estándar americano), entre los que podemos destacar el dedicado a la prevención y/o protección de incendio y explosión en industrias de manejo de sólidos (NFPA 654), o el dedicado a la prevención y/o protección de incendios y explosiones en la industria agrícola y alimentaria (NFPA 61).

Estas normativas no son opcionales ni genéricas: aplican directamente a procesos con polvo combustible como el transporte neumático, el cribado, la molienda o el secado.

Evaluar bien el riesgo es la clave, ¿Por dónde empiezo?

El análisis del riesgo no empieza ni acaba en un plano con zonas ATEX. Es un proceso técnico que permite anticipar incidentes y tomar decisiones basadas en evidencia.

Según estos estándares, los pasos de una evaluación de riesgos completa deben ser los siguientes:

  1. Identificar las sustancias inflamables utilizadas en el proceso y obtención de los parámetros de explosividad de estas (Energía Mínima de Inflamación, Temperatura Mínima de Inflamación, Concentración Mínima Explosiva, etc.), por ejemplo a través de ensayos directos mediante un laboratorio certificado o bien a través de bases de datos existentes (p. ej. BIAS GESTIS DUST-EX).
  2. Establecer la frecuencia y duración de la aparición de una atmósfera explosiva según las condiciones de proceso (clasificación de zonas ATEX), por ejemplo mediante la aplicación de los estándares EN 60079-10-1 y 2 o VDI.
  3. Evaluar la aparición y la efectividad de fuentes de ignición en el proceso (superficies calientes, chispas mecánicas, descargas electrostáticas, chispas eléctricas, etc.), por ejemplo mediante la utilización del estándar EN 1127-1.
  4. Obtener el nivel de riesgo resultante mediante metodologías existentes (p. ej. RASE2000).
  5. Establecer las medidas de prevención y/o protección contra explosiones necesarias para reducir el nivel de riesgo hasta un nivel aceptable por el usuario, mediante la utilización de estándares como el CEN/TR 16829 para elevadores de cangilones o estándares NFPA.

Medidas de prevención y protección recomendadas

En la industria alimentaria existen diferentes procesos sobre los que aplicar la metodología de evaluación de riesgos, entre los que destacan:

  1. Recepción y almacenamiento de materia prima: Puede ser de materiales granulares (cebada, malta, maíz, etc.) o de materiales en polvo como por ejemplo la harina, azúcar, especias, etc.
  2. Proceso de limpieza: utilizado para materiales granulares mediante el uso de equipos como limpias y cribas.
  3. Proceso de molienda: habitualmente utilizado para materiales granulares mediante el uso de molinos.
  4. Proceso de mezclado de materiales en polvo, para lo cual se utilizan equipos como básculas de pesado y mezcladores.
  5. Proceso de secado con el objetivo de disminuir el nivel de humedad del producto: puede ser utilizado para materiales granulares o para materiales en polvo.

¿Quieres que revisemos tu caso?

Fondo Europeo de Desarrollo Regional
“Una manera de hacer Europa”

Título del proyecto:
REDUCCIÓN DE ESPESOR EN TECNOLOGÍAS DE VENTEO SIN LLAMA EN ZONAS DE ALTO RIESGO DE EXPLOSIÓN.

N.º de expediente: 13/24/IN/029

Empresa beneficiaria de las subvenciones de la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha: Programa Innova – Adelante

Proyecto incentivado con una subvención cofinanciada por parte del FEDER y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

OBJETIVO:

El objetivo principal del proyecto es el desarrollo y optimización de un nuevo sistema de venteo sin llama para la protección contra explosiones en equipos industriales instalados en interiores. Se busca rediseñar este sistema pasando de una geometría cúbica a una forma plana, reduciendo su espesor y tamaño sin perder efectividad, lo que hará al equipo más compacto, versátil y fácil de adaptar a distintas instalaciones industriales.

RESULTADOS:

Un nuevo prototipo de venteo sin llama más seguro, certificado bajo normativa ATEX y EN, con cuatro salidas de gases en lugar de dos, lo que mejora la dispersión de gases, disminuye la presión por panel y aumenta la seguridad del personal. También se mejoran sus prestaciones frente a polvos metálicos gracias al uso de un nuevo acero inoxidable en los filtros apagallamas.

ORGANISMO DE FINANCIACIÓN:

Cofinanciación del proyecto por parte tanto de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha como de la Unión Europea a través del FEDER.

Adix Ingeniería es una empresa beneficiaria del Programa Investigo, de contratación de personas jóvenes demandantes de empleo en la realización de iniciativas de investigación e innovación, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia – financiado por la Unión Europea – Next Generation EU.

Gracias al Programa Invetigo, Adix ha podido llevar a cabo la contratación de un investigador a tiempo completo, con el objetivo de consolidar y profesionalizar el proceso de investigación en la empresa, de manera que se mejore el conocimiento que se tiene actualmente sobre el comportamiento de explosiones en la industria, profundizando sobre determinados aspectos desconocidos hasta la fecha y que permitirá a su vez el desarrollo de soluciones a los problemas actuales de protección en la industria.
 Estas soluciones podrán ser: bien mejoras de diseño o modelos de cálculo o desarrollo de sistemas de protección nuevos.
 Siempre conforme a la Dir 2014/34 EU.